En esta vida he decidido dedicarme a experimentar con mi sexualidad para profundizar en ella.
Es mi estilo de vida, vibro con ello y me hace conectar con mi esencia.
Para mí, experimentar con la sexualidad es amar la vida, amarme a mí misma.
Entro en una sintonía de placer en la que me siento bien, me siento deseada y bonita.
Requiere de una confianza, de una entrega y de saber que lo que estoy haciendo no tiene nada de malo.
Y aunque esté presente en mi día a día, requiere de una constancia, de un esfuerzo y de una motivación, ya que no es sólo experimentar, si no dar lo mejor de mí en lo que hago.
Para mí, el placer y el esfuerzo están unidos, se complementan.
Ya no solo se trata de estar abierta a las oportunidades de experimentar con mi sexualidad que puedan aparecer en mi vida, si no también de crearlas o buscarlas.
Experimentar con mi sexualidad me ayuda a pasar del deseo a la acción. Porque una cosa es desear y otra es accionar. Me ayuda a transmutar mis emociones y a enfrentar mis miedos. Y cuando supero un miedo o una creencia, mi mente se calma y se abre un espacio para algo nuevo o para volver a experimentar algo del pasado que quiera volver a vivir.
También me ha ayudado a cambiar mi forma de ver las cosas, para comprender con más claridad que no somos nadie para juzgar a otros, ya que todos tenemos diferentes experiencias de vida.
Experimentar es un camino profundo, de inmensas formas y de infinitas experiencias. Es trabajar el placer con los cinco sentidos y mantenerlo activo en mi vida, aprovechando cada segundo.
El placer es amplio y las formas en las que puedo sentirlo evolucionan con el tiempo.
Tengo tantas formas de experimentar con mi sexualidad…
Pasar tiempo desnuda, en lencería o llevando diferentes prendas, sexualizándome, usando juguetes, mirándome, oliéndome, saboreando mi piel, despertando mi propio deseo, bailando, grabándome en video, posando, escuchando música, usando un espejo, poniéndome crema, a través del tacto de las cosas, viendo imágenes, con el frio, con el calor, con la comida, con las miradas de otros, cuando me ven desnuda o pueden tocarme, y tantas cosas más… y todo ello lo puedo disfrutar en diferentes situaciones, ya sea sola o acompañada.
Cuanto más experimento, más conecto con mi esencia y más me pide.
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